Cumpleaños ....

Como todos sabéis hace pocos días fue mi cumpleaños, desde hace mucho tiempo, por no decir desde siempre, mi cumpleaños no es que sea un día muy importante, quizá es más importante para el resto de la gente que para mí mismo.  

Cuando era niño, no había clases en el colegio cuando era el día de mi cumpleaños, no tenía que llevar chucherías para el resto de los compañeros y no los invitaba a  una de esas fiestecillas en casa. Yo siempre iba a la de algunos de mis compañeros, las de Alvi y Pablo eran muy buenas, o eso recuerdo, en las de Pablo teníamos el patio para jugar y además tenía miles de juguetes, generalmente los últimos, lo único malo era que iba demasiada gente, es que Pablo caía bien a todos. Las de Alvi eran menos multitudinarias, pero molaban mucho, incluso recuerdo una vez que se hizo en el Burguer KING, ahora eso es normal, pero estamos hablando de los 90.

Esta introducción viene a modo de presentar la fiesta de este año, a mi compañera le fascina TODO lo que conlleve a una felicidad y una fiesta agregada, por lo tanto un cumpleaños para ella es poder ser feliz, o más de lo que habitualmente lo es. Me desperté con notas del “cumpleaños feliz” a eso de las 5:30 am repetidas en varias oportunidades hasta las casi 7 am, después me fui al trabajo y bueno, me encontré alguna sorpresa como una súper tableta de chocolate en el escritorio de mi oficina con una nota de una de las personas que trabaja conmigo y que respeto profundamente. Aquí es muy habitual que te llenen la oficina de globos y que te pongan algún cartel, por suerte mi equipo entiende que a mi estas cosas no me gustan demasiado y respetaron este momento como un día más de trabajo, sí, soy así de aburrido. J

Llega el final del día de trabajo, son las 7:30 pm y después de un día un  poco estresante, ya que la competencia inaugura su casino este día, (no respetan nada ¡! ) hago algunas llamadas que tengo pendientes desde el coche antes de llegar a casa a buscar a mi mujer.

Una de esas llamadas pendientes me da una noticia horrible, sinceramente se me quitan las ganas de ir a esa pequeña celebración privada que teníamos mi chica y yo. La reserva en Astrid & Gaston pasa a un segundo plano, la vida pasa a un segundo plano. Me comunican que uno de mis chicos (mis dealer) tiene una grave enfermedad, un chico de unos veinte pocos años que me recuerda mucho a mi mismo en mis comienzos, un chaval alegre con ganas de progresar y que le encanta su trabajo.

Los ojos se me llenan de agua, algunas lágrimas brotan por mis mejillas pensando en el porqué de las cosas, por mi cabezonería a no entender este tipo de cosas y además entendiendo que ahora mis chicos son más de 700 y que estas cosas pasan, pero me niego a entenderlas y a justificarlas con estupideces religiosas o cosas parecidas.

Sobre poniéndome a las circunstancias, recojo a mi chica y nos vamos de cena romántica a nuestro restaurante peruano, no es nuestro favorito, pero nunca habíamos ido y cenamos de maravilla, degustando los sabores del pescado crudo y la deliciosa bebida que es el pisco sour, realmente una maravillosa noche la que pasamos y una gran celebración del día de mi nacimiento.

Antes había leído un mail, corto, pero directo de mi madre, que me llego al alma con pocos y escuetos sentimientos y con grades deseos sobre el futuro. Mi madre como quizá todas las madres siempre están ahí, es muy especial.

Los días no han conseguido que deje de pensar en este chico, en uno de mis chicos, deseo con todas mis fuerzas que todo le vaya bien, porque además se lo merece. La vida nos depara situaciones que no son agradables, en este caso es peor, porque no son entendibles, y sé que no soy muy inteligente, pero tampoco soy tonto y digo y pienso que esto no debe ser así.  Un día hace tiempo me desperté con la peor noticia del mundo, no la entendí en ese instante, no la entiendo ahora, y no la entenderé nunca, pero además ni quiero que me lo expliquen, ni quiero ser capaz de entenderlo, yo no soy así, lo acepto lo proceso como puedo, y me desahogo en este bloc, pero NO LO ENTIENDO.